

Luisa Peña Herrero
Lecciones aprendidas con 5 libros escritos por mujeres
- noviembre 28, 2021
- , 10:41 am
- , Novela Contemporánea
La sensación de cerrar una novela y sentir que has aprendido algo es muy satisfactoria. Desde hace un tiempo, se intensifica cuando leo libros escritos por mujeres.
Para entender la vida desde una perspectiva feminista, hay que colocarse tras los ojos de quienes tienen el poder de describir esta realidad: las escritoras.
Ellas comparten sus aprendizajes vitales a través de sus historias. Y nosotras al leerlas los absorbemos. Así adquirimos experiencias no vividas y empatizamos con situaciones diferentes a la nuestra. ¿No es una bonita forma de ampliar nuestro conocimiento?
Muchas de las autoras son extremadamente generosas: convierten en ficción ciertos episodios de sus vidas y los comparten con todas nosotras.
Gracias a esto es muy habitual verse reflejada en más de una protagonista. También hay muchos datos curiosos de sus propias vidas que influyen en las obras y que nos acercan a la parte más humana de las escritoras.
Cuando finalizo un libro, me gusta escribir una frase sobre lo que me ha parecido o lo que me ha enseñado.
Aquí van algunas de ellas.
Lecciones de vida impartidas en 5 libros escritos por mujeres
Echar la vista atrás nos ayuda a impulsarnos hoy
En su libro Entre visillos, Carmen Martín Gaite recrea sin tapujos cómo era la vida de las mujeres en los años 50. En plena dictadura, las jóvenes se sentían encadenadas a futuros impuestos, y su libertad individual era solo un deseo inalcanzable. A esto se sumaban las presiones impuestas por la familia y la religión, y el orden social jerárquico en el que la mujer quedaba a la sombra del hombre.
El testimonio de las mujeres es ver lo de fuera desde dentro. Si hay una característica que pueda diferenciar al discurso de la mujer es su encuadre.
Carmen Martín Gaite
Las mujeres de las que habla son nuestras antepasadas: nuestras abuelas y bisabuelas. Esta obra es idónea para ponernos en su piel y animarnos a continuar con la lucha. Quizá ellas no pudieron llevar las vidas que anhelaban, pero nosotras tenemos la oportunidad de conseguirlo.

Perseguir los sueños da sentido a nuestra existencia
La escritora María Reig retrocede en Papel y tinta hasta los años 20 para demostrarnos que perseguir nuestros sueños dota de sentido a nuestra vida. El principal deseo vital de Elisa Montero, la protagonista, es dedicarse al periodismo. Sin embargo, ejercer como periodista siendo mujer era casi imposible. No te tomaban en serio.
Con maña y empeño logra que su entorno —muy conservador— acepte a regañadientes que trabaje como secretaria en la redacción de un periódico.
Y aquí paro, fuera spoilers. Lo único que añadiré es que la ingeniosa Elisa nos da una lección en cuanto a perseverancia y valentía.

La vida siempre, siempre continúa
Al adentrarte en La casa de Mar de Pilar N. Colorado se te contraen todos los músculos. ¿Cómo se rehace una vida después de una inmensa desgracia? Tras un año de luto, Mar, la protagonista, regresa a la casa familiar del pueblo en el que veraneaba desde su infancia.
El mensaje que nos quiere transmitir la autora es muy claro: la vida sigue. Y debemos seguir con ella. Es imperativo reinventarse y salir del ensimismamiento para avanzar.
La novela, clasificada en el género feelgood, nos recuerda que las vicisitudes se superan. Está en nuestra mano avanzar, sin que esto signifique olvidar a las personas que se han ido.

Es obligatorio reflexionar sobre lo que nos inculcan desde pequeñas
Apegos feroces de Vivian Gornick es un libro de memorias en el que se comparten las conversaciones entre madre e hija. ¿Existe una forma más generosa de mostrarnos su intimidad?
La autora nos deja acompañarlas en un paseo por Nueva York y nos hace partícipes de su relación complicada: un amor con reproches.
Una madre (casi) siempre intenta dar ejemplo o servir de brújula para que la hija se guíe. El problema aparece cuando las perspectivas de cada una difieren y se distancian. ¿Entonces el vínculo se rompe? Gornick nos invita a pensar sobre todas aquellas creencias que nos han ido inculcando desde la más temprana infancia.

Encontrar nuestro lugar en el mundo es esencial
Elvira Lindo juega con la ficción para crear un personaje similar a ella misma en Lo que me queda por vivir. ¿Qué piensa una mujer con pocos ingresos, parejas fallidas y un hijo de pocos años?
Al acompañar a Antonia, la protagonista, comprendemos la dualidad de su vida: un amor incondicional por la criatura y la añoranza por dedicarse en exclusividad a ella misma.
Conectar con sus pensamientos y su forma de enfrentar el día a día es conmovedor. Página a página nos embarcamos con ella en la búsqueda de su sitio en este mundo, e inevitablemente intentamos hallar también el nuestro.

¿Qué otros libros escritos por mujeres te han hecho reflexionar?
Gracias, Luisa